¿NO A LA GUERRA? 

En estos momentos toca apoyar sin matices al pueblo ucraniano, condenar la acción de Rusia con rotundidad y gritar una vez más NO A LA GUERRA.

En el siglo XXI cualquier causa que se considere justa jamás se defería defender con armas y con sufrimiento de personas inocentes.

 

Hace tres años estuve en Ucrania y Moldavia. Fue una visita profesional y relámpago en la que desde Kiev viajamos hasta Kotovsk (Óblast de Odessa). Estuvimos por la cuenca del río Yagorlik e hicimos también una breve incursión a Moldavia.

Conoces y ves gente sencilla, como la que hay por todos los rincones de este planeta. Personas que se preocupan y aspiran por lo que nos podemos preocupar y a lo que podemos aspirar cualquiera de nosotr@s.

He tardado en manifestarme porque desde que se ha iniciado la invasión de Ucrania lo que he intentado inicialmente es informarme lo mejor posible de los acontecimientos y sus posibles porqués. ¿Qué mueve a Rusia o a Putin?, ¿Porqué hemos dejado que esto suceda?, ¿Por qué esto sucede en pleno siglo XXI?...Las preguntas se acumulan por más información y conocimientos que adquieres...y aunque en principio uno se adentra en la tremenda complejidad que supone todo lo que tenga que ver con el orden internacional, las luchas de poder, la historia, etc., y aprendes, y convives con tus propias contradicciones, al final del proceso las preguntas siguen siendo prácticamente las mismas, sólo con ligeros matices.

¿En qué momento se produce la ruptura entre las personas y los gobiernos que nos llevan a defender unos y otros intereses y principios tan dispares?. Estoy convencido que cualquier ciudadano sencillo de cualquier país ve esta nueva guerra como un sinsentido inaceptable. Sin embargo, los países no piensan en las personas, en el mejor de los casos piensan en sí mismos, en el peor, sólo piensan en quienes mandan en ellos o mantienen el poder por la fuerza. Es algo similar a la teoría del gen egoísta, o lo que, de alguna manera, para todo el mundo me entienda, hace la Vida: lo importante no es que sobreviva el individuo, sino la especie…

¿Dónde queda la humanidad entonces, eso de lo que presumimos que nos diferencia del resto de seres vivos del planeta? ¿Dónde queda toda esa evolución cultural y espiritual del Homo sapiens?

Pero lo más interesante es cuando hacemos el ejercicio de miramos a nosotros mismos. Una guerra nos pone en cierta manera ante un espejo en el que vemos las miserias humanas de la que, quizás, nadie pueda escapar y sentirse totalmente ajeno. Por ejemplo, a muchos nos gustaría poder gritar a los cuatro vientos un NO A LA GUERRA siempre, y que, en Europa, no apostemos por la militarización, etc……pero en un mundo que, nos guste o no, es como es, con un ser humano que de humano por ahora evolutivamente tiene lo que tiene…tendremos que estar dispuestos entonces a ver como la crueldad reina en otros territorios y como en cualquier momento campea por el nuestro. Tendremos que asumir que no vamos a defendernos, como el pacifista que se deja hostigar y vapulear resistiendo simplemente…pero hay que asumirlo. ¿Es eso lo que queremos? ¿Hay otras opciones intermedias o más esperanzadoras?... Sinceramente, leo y oigo a ver si alguien las conoce, me gustaría creer en ello, pero la realidad pesa. Para otro tipo de mundo (con el que seguro que todos nos ilusionaríamos), necesitaríamos partir de una sociedad más equilibrada, con muchas menos diferencias e injusticias sociales. Pero el mundo del presente aún está muy lejos de eso, por lo que sigue envueto en los contrastes entre la ternura y la crueldad extremas, con sus grises y colores intermedios, por supuesto. A veces pienso que algunos no hemos nacido para esta etapa de la humanidad, porque nunca podremos aceptar su realidad y adaptarnos a ella…demasiado complejo todo…o demasiada gente poniendo energías en hacerlo todo tan difícil…

Saber que aún se producen este tipo de situaciones que muchos entendemos que deberían ser cosa del pasado, cuando peleamos, casi guerreamos, aunque sin armas y democráticamente, por otras causas que nos parecen las que realmente deberían preocupar y unir a la humanidad…y ves que un desalmado o unas cuantas bombas pueden pisotear como un elefante a una hormiga todo ese esfuerzo a veces de vidas enteras dedicadas a causas nobles…cuesta darle sentido a tu propia vida y todo se tambalea…te cuestionas si quizás por noble e importante que sean esas causas a las que te dedicas, no sería más importante, y sobre todo urgente, emplear esas energías y tiempo en solucionar aquello que por muy del pasado que nos quiera parecer es una realidad de nuestro tiempo…nos invade esa sensación de que algunos estamos viviendo en un tiempo futuro, que quizás, si no cambia el presente, realmente nunca llegue.

Hoy, una persona que conocí cuando estuve en Ucrania, me respondía a un mensaje de ánimos que le envié ayer: “Estamos en Kiev encerrados en casa. Mis hijos me preguntan todo el tiempo el porqué de esta guerra y no sé que responderles…”

Hoy, yo mismo he intentado explicarle a mi propio hijo de seis años lo que sucede, porque ayer en el comedor del cole había una televisión y algo escucharon en las noticias y me ha preguntado…es imposible explicar algo así a un niño con algún argumento lógico para ellos. ¿En que momento de nuestro crecimiento perdemos tanto la cabeza y nos empeñamos en que la vida debe ser más complicada y sufrida de lo que ya de por sí es?

Puedo leer cientos de análisis y escuchar a expertos en geopolítica, que bien, sirven para aprender y situarse en el mundo que vivimos, lo acepto, pero todo se me cae cuando veo gente inocente y sobre todo niños sufriendo, sean del país, de la raza, del color de piel o de la ideología que sean. Llamadme ingenuo, pero pienso que la humanidad debería estar muy por encima de la geopolítica.

En estos momentos toca apoyar sin matices al pueblo ucraniano, condenar la acción de Rusia con rotundidad y gritar una vez más NO A LA GUERRA. En el siglo XXI cualquier causa que se considere justa jamás se defería defender con armas y con sufrimiento de personas inocentes.

 

 

#Ukraine #Ucrania #Standwithukraine