martes, 23 de septiembre de 2014

EL AGUA ES UN RECURSO LIMITADO, SI LO ALTERAMOS DEJAREMOS DE TENERLO EN LAS MISMAS CANTIDADES



Entrevista

Tony Herrera es miembro de la Fundación Nueva Cultura del Agua (FNCA) que promueve un cambio en la gestión de las aguas para conseguir actuaciones más racionales y sostenibles. El pasado 12 de septiembre realizó una conferencia en la sala Era Audiovisuau de Vielha sobre los desafíos mundiales del agua.

 



- ¿Qué tipo de acciones llevan a cabo en la Fundación Nueva Cultura del Agua?

La Fundación Nueva Cultura del Agua (FNCA) está formada por un grupo de personas de España y Portugal que promovemos un cambio en la política de gestión de aguas para conseguir actuaciones más racionales y sostenibles. Somos profesionales procedentes de diferentes ámbitos (académico, empresarial, político, cultural, social, etc.) que, a través del conocimiento científico y con sensibilidad social, defendemos una Nueva Cultura del Agua.
En la FNCA trabajamos para recuperar los ecosistemas acuáticos (fuentes, ríos, riberas, lagos, humedales, aguas costeras, etc.) que son la máxima expresión de la vida en nuestro planeta. Defendemos la recuperación del valor patrimonial, cultural, emocional, estético y lúdico de nuestros recursos hídricos en una sociedad que ha confundido progreso con negocio. Creemos necesaria una Nueva Cultura del Agua dirigida hacia la sostenibilidad ambiental y, para ello, vemos preciso introducir cambios profundos en nuestras escalas de valores y en nuestro modelo de vida. Necesitamos una ética que reoriente nuestras relaciones sociales en torno a los usos y la percepción del agua y de la naturaleza en general. La misión de la FNCA es recoger, integrar, generar y transmitir conocimiento y valores humanos para promover la adopción de la Nueva Cultura del Agua, entendida ésta como un cambio de paradigma hacia la sostenibilidad ambiental, económica, social y cultural, orientado a una consideración ecosistémica y patrimonial del agua. Esto lo llevamos a cabo mediante la participación activa en la sociedad y el impulso en los ámbitos de decisión de alternativas coherentes con la Nueva Cultura del Agua.

Desarrollamos proyectos de investigación, seguimiento de políticas relacionadas con la gestión del agua, etc. También llevamos a cabo acciones en el ámbito socio-cultural (distinciones, premios, exposiciones, etc.), y otras acciones como procesos participativos, divulgativas, redacción de manifiestos y notas de prensa. Igualmente tenemos una vertiente en el ámbito de la formación muy importante, impulsando de la mano de la Universidad de Zaragoza un Másteren Gestión Fluvial Sostenible y Gestión Integrada de Aguas y otros cursos y colaboraciones en formación. Finalmente, tenemos una línea editorial propia con numerosos títulos publicados en la temática de la gestión del agua.


- ¿Cuáles son los conflictos alrededor del agua más peligrosos/importantes/perjudiciales que existe actualmente?

Esa es una pregunta de respuesta muy amplia y compleja. Intentaré responderla resumidamente. Es cierto que conflictos como el que origina la construcción de la presa de Las Tres Gargantas en China, con mas de 4 millones de personas desplazadas y 13 ciudades, 140 pueblos y 1350 aldeas anegadas, tienen una dimensión extraordinaria. Sin embargo, otros como el palestino-israelí, mantienen vivo un conflicto armado que en buena medida tiene mucho que ver con la lucha por los territorios con recursos de agua. Imagínese si resulta peligroso este conflicto, que es excusa para buena parte del terrorismo internacional que existe actualmente. Con sólo estos dos ejemplos se puede uno hacer una idea de la dimensión que puede tener el problema. Y lo peor es que existen muchos conflictos parecidos repartidos por todo el mundo. Muchos analistas llevan años advirtiendo que los futuros conflictos serán por el agua, en lugar de por el petróleo como sucede con frecuencia actualmente. Pero incluso en países como el nuestro, el conflicto del agua se hace patente entre los diferentes territorios y comunidades autónomas, aunque en este caso no lleguen a los niveles de perjuicios o peligrosidad para las personas que alcanzan los ejemplos que he citado. En nuestro país, los conflictos, además de centrarse en el reparto territorial y de usos del agua, tienen que ver con la privatización del agua,  la contaminación y alteración de los ríos y acuíferos, la construcción de infraestructuras cuestionables (al menos desde el punto de vista de la sostenibilidad ambiental y socioeconómica), la invasión de los espacios inundables de los ríos, etc.


- ¿Qué malos hábitos deberíamos corregir para reducir el consumo de agua?
A veces pensamos que ya lo sabemos todo respecto a cómo ahorrar agua porque casi todo el mundo ha asistido a alguna charla, visto o escuchado un programa de televisión o radio, o ha recibido algún folleto con recomendaciones en su domicilio o un centro educativo. Sin embargo, el cálculo de la huella hídrica de los alimentos, productos de uso habitual y de nuestras acciones, nos ha ofrecido otra dimensión del problema mucho más precisa y nos abre una enorme abanico de posibilidades para que podamos incrementar el ahorro, no sólo en nuestros domicilios de forma directa, sino a través de lo que comemos, los utensilios y bienes que usamos y consumimos y de nuestra actitud cotidiana. Por ejemplo, cuando le dices a la gente que para producir 300 gramos de carne de ternera hacen falta una media de 4.500 litros de agua, prácticamente los mismos que para fabricar unas zapatillas de deporte o un traje de caballero, o 10 litros para un simple folio de papel, entiende fácilmente que hay otras maneras de ahorrar muchísima agua. Así que el peor hábito es el inmovilismo y la desinformación.


- ¿Sabe que en el Valle de Aran no se paga el agua? ¿Qué le parece? ¿Cree que en un futuro será de pago como en la mayoría de lugares?

A priori, no me parece mal que una población sobre cuyos recursos una determinada empresa o entidad obtiene unos beneficios, sea compensada de alguna manera a esa población. Pero el problema es bastante más complejo que eso. Si el agua es un patrimonio ecosocial, un bien público, ¿a quién pertenece?. Se supone que pertenece a todos, como el paisaje o el aire que respiramos. Esto ya advierte algunos posibles conflictos en el tema de las compensaciones. Por otro lado, puede existir una importante distorsión por un problema de escala; una empresa podría obtener un beneficio muy elevado generando ciertas molestias y perjuicios a una población pequeña a la que fácilmente puede compensar. Pero aunque la población local acepte el deterioro de sus ecosistemas, por ejemplo, a cambio de esa compensación, ¿cree Ud. que tendría derecho a permitir la destrucción de lo que es un bien común?. Como ve la cuestión es difícil de abordar. Finalmente, si el acceso al agua no tiene ningún coste para la población, no estamos educando y sensibilizándola respecto a la importancia de esos recursos. Podríamos analizarlo desde otro punto de vista, la libertad siempre tiene un coste, si Ud. recibe compensaciones económicas de una empresa ¿se sentiría libre de denunciarla si cometiera, por ejemplo, alguna acción claramente perjudicial para el entorno?. Insisto, es una cuestión compleja y el futuro debe abordarse desde el sentido común y la legalidad, teniendo en cuenta los principios que deben prevalecer (los de la Nueva Cultura del Agua, por ejemplo), y con la participación de una sociedad debidamente informada y sensibilizada.


- ¿Qué les diría a los vecinos del Valle de Aran para que se concienciaran del gasto del agua? ¿Por qué es tan importante moderarse? ¿Es un recurso infinito?

Les diría que acudiesen a mi conferencia en masa, donde tendría tiempo de explicárselo con algo de detalle, pero como seguro que muchos no podrán asistir, se lo diré de forma sencilla, el agua no sólo es un recurso limitado en cuanto a cantidad, sino que si alteramos o contaminamos los ecosistemas que fabrican ese agua, dejaremos de tenerla disponible en las mismas cantidades. Además, todo el mundo sabe hoy día que el cambio climático es una realidad y que en los próximos años se van a alterar, no sólo las temperaturas, sino el régimen de lluvias, por lo que los recursos que hoy nos parecen sobrados, en unas pocas décadas podrían ser escasos o tener un coste económico y ambiental mucho mayor.


- ¿Considera que los proyectos como el Sud’Eau 2 son clave para que la gente tome conciencia y se implique en la sostenibilidad ambiental? ¿Por qué?

Por supuesto que sí. La única manera que tenemos de encaminarnos hacia un modelo de vida sostenible es desde la toma de conciencia de la población. Desde el granjero al oficinista, pasando por el alto ejecutivo o el señor que hace trabajos de jardinería, si no cambiamos todos y entre todos, informándonos, sensibilizándonos y dándonos ejemplo unos a otros, no alcanzaremos nunca ese modelo deseado y necesario. Proyectos como Sud'Eau 2, pueden ser un germen para este cambio en la sociedad. A partir de aquí, lo ideal sería que ocurriese algo similar a lo que ocurre con esos tweets en internet que se extienden exponencialmente por todos los usuarios del planeta. Es difícil, pero en ello estamos trabajando muchas personas y en ello nos va el futuro.


- ¿El sobreconsumo de agua conlleva al cambio climático? ¿Cómo afecta éste en el agua?

El sobreconsumo de agua no lleva de forma directa al cambio climático, pero si de forma indirecta. Derrochar el agua en nuestros usos puede suponer en algunos casos menos caudal aprovechable para producir energía hidroeléctrica, por ejemplo. También podemos provocar que sea necesario construir más infraestructuras o bombear más cantidades de agua de un lugar a otro, etc. Todo esto supone gasto de energía y por tanto, emisiones de gases de efecto invernadero a la atmósfera, que son los que originan el cambio climático. Sin embargo, dicho cambio en el clima, como ya he comentado antes, si que va a suponer la alteración de los patrones y regímenes de lluvia. No sólo en cuanto a las cantidades de precipitación (que en algunas zonas aumentarán y en otras disminuirán), sino en cuanto a la forma en que se produzcan. En nuestro país, no sólo se espera que disminuyan las precipitaciones, sino que se incrementarán los fenómenos torrenciales. Es decir, el agua que caiga será menor y es posible que caiga menos repartida en el tiempo y generando más daños por las fuertes escorrentías que se produzcan.


Recomendación: La exposición AGUA, RÍOS Y PUEBLOS
Esta exposición ofrece el perfil humano de los conflictos y de las luchas del agua. A través
de fotografías y testimonios directos, los afectados dejan de ser una fría estadística para
comunicarnos en directo sus angustias, razones y esperanzas.


Resumen de esta entrevista en http://www.vielha-mijaran.org/cas/?p=3059