La opción
elegida por Pedro Sánchez de firmar hoy un acuerdo con Albert Rivera, ya sea
por falta de valentía, ya sea porque en su partido no le iban a dejar hacer
otra cosa o bien porque la actitud de PODEMOS así lo ha forzado, supone una
nueva frustración para muchos ciudadanos con grandes esperanzas en los cambios que
podría suponer un pacto de las fuerzas de izquierdas.
Independientemente
de las mejoras que supongan las medidas acordadas por PSOE y CIUDADANOS, que
las hay, son tímidas y claramente insuficientes para dar recorrido a los
cambios que demanda a día de hoy una buena parte de la sociedad española. De
nuevo se queda el país sin proyecto de futuro y los ciudadanos sin una imagen
de país ilusionante y motivadora. Todo será más de lo mismo, con algunas mejoras y algunos
cambios que contentarán a los menos exigentes y sacarán alguna sonrisa
sarcástica a los privilegiados con menos escrúpulos, y en el objetivo de
"salir de la crisis", sin pretensión de corregir la base de lo que
nos ha llevado a ella en buena medida. ¿Hasta cuándo estaremos saliendo de la
crisis?, ¿hasta que estemos inmersos en la siguiente? Ni que decir de esa
ilusión que algunos albergábamos de poder liderar e impulsar como país cambios
también en Europa, tan necesarios y urgentes si no queremos que el proyecto
europeo se vaya la traste.
El pacto
firmado hoy no va a solucionar el problema planteado en Cataluña, al contrario,
posiblemente siga agravándolo y, por cierto, a la cuerda no le queda demasiado
recorrido para tensarse más. Si esa cuerda se rompe, pocas personas tienen a
día de hoy una idea clara y acotada sobre las consecuencias.
Pero es
cierto que no toda la responsabilidad debe recaer sobre el PSOE y su líder. Son
también muchos los votantes de PODEMOS frustrados por la actitud intransigente
mostrada desde el primer momento tras las elecciones. Nadie duda a día de hoy
que no se ha tratado sólo de tomar la iniciativa o de dejarse llevar por las
ganas de cambiar las cosas, sino de una estrategia muy bien elucubrada y medida
para poner al PSOE contra las cuerdas. Pero entonces ¿qué supone esa estrategia
para los votantes?. Independientemente de las razones que la hayan motivado,
legítimas, lo cierto es que muchos votantes de PODEMOS también se van a sentir
hoy frustrados, y cada vez son más las voces entre éstos que critican de
prepotencia y de no haber querido pactar en ningún momento al partido de Pablo
Iglesias.
Llegados a
este punto puede que la estrategia de PODEMOS sea a medio y largo plazo, más
que pensando en unas nuevas elecciones, pensando quizás en el fracaso del
gobierno que pudiera sacar adelante Sánchez, que quedaría retratado junto a
CIUDADANOS y posiblemente junto al PP en la próxima legislatura. Ante ese
posible fracaso, en unas elecciones adelantadas en la próxima legislatura los
miembros de PODEMOS podrían sacar los frutos definitivos que les llevasen a
gobernar y a poder impulsar los cambios que proponen. Aún así, cualquier
estrategia a medio y largo plazo es muy arriesgada, sobre todo en el caso de
PODEMOS, que aunque hasta ahora le ha ido bastante bien, juega con todos en
contra (medios de comunicación, gobiernos europeos neoliberales y el de la
propia unión europea, grandes empresas, etc.). Por otro lado, si PODEMOS no
logra justificar y convencer de su estrategia de algún modo y en algún momento,
la frustración en la parte de la sociedad que demanda cambios importantes y
políticas decididas de izquierda sería aún mayor y sus ánimos difícilmente
recuperables.
Otra opción
es que sean nuevamente mayoría los españoles que prefieran lo malo conocido que
lo bueno por conocer, y la sociedad en su conjunto se conforme, agache la
cabeza y siga adelante sin ilusiones ni motivaciones, simplemente dando un paso
tras otro como buenamente pueda. Ese no es un proyecto de país ilusionante para
quienes tienen ambición por mejorar, que quizás tendrán que ahogar sus tristezas
y frustraciones migrando al extranjero. No perdamos la esperanza. Habrá que
seguir luchando y mientras tanto, seguir atentos a este período postelectoral
surrealista que ya nos tiene aburridos a todos. Nadie descarta cualquier
sorpresa a estas alturas. Lo peor es que, para muchos, hoy se han esfumado la
mayor parte de las posibles sorpresas positivas...
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